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miércoles, 15 de junio de 2011

Berlanga (Badajoz)

Berlanga es un municipio español, perteneciente a la provincia de Badajoz (comunidad autónoma de Extremadura).

SITUACIÓN


Se encuentra en el sureste de la provincia, a mitad de camino entre Llerena y Azuaga. Pertenece a la comarca de Campiña Sur.

POBLACIÓN


Con una superficie de 127,8 km², tiene una población de 2.511 habitantes (2008) y una densidad de población de 19,65 hab/km².

HISTORIA


La historia del hombre dentro del término de Berlanga la podemos comenzar en el Neolítico, pues hay una piedra basáltica encontrada en los Carriles que podemos datar hacia el año 5.000 a. C. aproximadamente.

También se ha encontrado un vaso campaniforme en la Nava. De época romana datan ánforas, lucernas, basas, una piedra sepulcral y posiblemente los cimientos del conocido como puente romano.

Además, parece ser que las minas de plomo fueron explotadas ya por los romanos, sacando de ellas pequeñas cantidades de plata.

Durante el periodo árabe hay presencia musulmana en la comarca: Azuaga, Maguilla. En el término se han encontrado monedas. Probablemente un asentamiento en la zona.
Tras la conquista cristiana, la comarca de Reina pasa a la Orden de Santiago (1.246). Berlanga no aparece en los documentos de la época. Tal vez existiera el núcleo poblacional, pero no puede ser probado con rigor científico.

Una hipótesis es que fue establecido como nuevo núcleo siguiendo el capítulo de la orden de Santiago, de 1.275 y que vinieran a poblar Berlanga, gente de Berlanga de Duero (Soria). De ahí el topónimo y la devoción a Santo Domingo.

En 1.494, según los libros de visita de la Orden de Santiago, Berlanga tenía 200 vecinos. Era ya una villa de relativa importancia, lo que nos hace pensar que llevaba consolidada un largo período.

Entre 1.493 y 1.539 emigraron a América 26 berlangueños.

En 1.552 había 435 vecinos; en 1587, 480; en 1.591, 557 (recordamos que se cuentan como vecinos únicamente los cabeza de familia, para esta época podemos multiplicar estos vecinos por un índice 4 o 5). Felipe II pide facultad para vender “ la villa de Berlanga, el lugar de Valverde y un cuarto de legua de Azuaga”.

Para ello se hace un inventario del pueblo (que permanece en el Archivo Municipal de Berlanga), durante los años 1.563, 64, 65, 66 y 67.

La compra se hace efectiva el 15 de marzo de 1590, por la marquesa de Villanueva del Río, incorporándose este marquesado después a la casa de Alba, por lo que Berlanga pasó a dicha casa. Costó 60.378.027 maravedíes. Dos documentos más nos dan un pleno conocimiento de la Berlanga del XVI: “Las Ordenanzas Municipales de la villa de Berlanga (1.574)” y la “Regla Fundacional de la Hermandad de la Veracruz de la villa de Berlanga (1.567). Durante el XVIII, Berlanga contaba con 1.100 vecinos. Era uno de los núcleos más populosos de la comarca. El pueblo seguía bajo el Señorío de la Casa de Alba a la que pertenecían los diezmos de los frutos y productos, a excepción de los granos y semillas que eran de la Mesa Maestral de Santiago.

La economía del XVIII la conocemos bien gracias al Interrogatorio de la Real Audiencia de 1.752. En el sector primario trabajaban 803 vecinos. Del secundario, 130 eran obreros de la fábrica de lana, 60 eran artesanos. Había siete mesones.

Había dos dehesas boyales de pasto y labor y otra en el término, la del Rosal, propiedad del conde de Cifuentes. Había 13 huertas.

En Berlanga había una Real Fábrica de Paños. En ella trabajaban maestros oficiales y aprendices y casi todas las mujeres del pueblo, que realizaban el trabajo en sus propios domicilios. Los responsables del informe enviado a la Audiencia insisten en la necesidad de fomentar esta actividad. Los excedentes eran vendidos a Llerena, la Serena, la Mancha, Andalucía y al condado de Niebla. Entre las dificultades con las que se encontraban, destacaba la carencia de leña en el término, que era traída de Azuaga, Campillo, Maguilla o Guadalcanal.
En 1.727, el doctor Cristóbal Díez Vizuete, en su testamento, hace la fundación de un hospital de la caridad para enfermos pobres, que recibió el nombre de Espíritu Santo. Funcionaba con las donaciones de los vecinos.

Berlanga tiene un pequeño papel, en los inicios del XIX con la participación en la Guerra de la Independencia.

El alcalde afrancesado que había en el pueblo, fue expulsado y sus propiedades destruidas. Un destacamento francés se presentó en el pueblo con el cometido de dar un escarmiento. Entre “el Cerro Pelao” y “la Albuera se produjo una pequeña escaramuza entre los franceses y varios españoles e ingleses. Siendo inferiores los españoles e ingleses, perdieron y poco antes de entrar intervino el que más tarde sería obispo de Ceuta, José Sánchez Barragán y Vera, salvando al pueblo de lo que pudo ser una clara revancha.

En este siglo vive Berlanga, igual que el resto del país, un periodo de progresos y retrocesos, de cambios, ceses, etc.

A fines de siglo, hay ciclos de hambre que van a quedar reflejados en las actas de pleno del Ayuntamiento en protestas a las puertas de la Casa Consistorial por parte de las madres de familia; lo que se podría denominar pequeños intentos de motines de hambre.

A fines del XIX van a reanudarse las explotaciones mineras del término de Berlanga; algunas estarán abiertas hasta fines de los años cuarenta, siendo su mayor rendimiento antes de la Guerra Civil. Estas minas muy probablemente estuvieran explotándose en época romana. Debieron dar pe plata en pequeñas cantidades, pues era este el metal más buscado por ellos.
Las minas daban plomo. Sus nombres eran: El Corral, El Zapo, El Calvo, La Dehesa, Reznique, Los Gemelos, El Chaparral, Arroyo Conejo, San Miguel, Pozo la Milla.

Su explotación estaba en manos de capital francés. Los mineros fueron protagonistas de las revueltas de la República, los mítines y levantamientos.

La venida de la Segunda República traerá ilusiones, ansias de mejorar, expropiaciones, cambios, sueños, nuevas rotaciones de tierras. Todo se verá truncado en julio del 36.

Los años 60, 70 verán una etapa muy característica en Extremadura: la emigración a países como Alemania o a Suiza o a regiones del país. Berlanga verá reducido su número de habitantes en casi la mitad.

Con la venida de la Democracia, Berlanga empezará un periodo de cambios y reformas que han ido aumentando hasta encontrar una Berlanga cambiada. La Berlanga que hoy vemos, con piscina, unas ermitas reformadas, plazas, calles reformadas, un polideportivo, el polígono industrial, una emisora municipal y como colofón, nuestro Parque Reserva Natural Las Quinientas.

PATRIMONIO


Iglesia parroquial católica de Nuestra Señora de Gracia, en la Archidiócesis de Mérida-Badajoz.

PERSONAJES ILUSTRES

Jacob Rodrigues Pereira:

Nació en Berlanga, el 11 de abril de 1715. Hijo de judíos, el séptimo. Sus padres eran Abraham (Juan) y Abigail Rebeca (Leonor); tuvo nueve hermanos. Fue bautizado con el nombre de Francisco Antonio. Abandona España a representar a su hermano en los negocios que tenía en Burdeos. Abandona Berlanga por miedo a la Inquisición de Llerena, así lo afirman Menéndez Pelayo y Caro Baroja. En 1.725, en el auto de la Inquisición de Llerena se cita a la familia Rodríguez; su patriarca era Juan Bautista Rodríguez, escribano de Hornachos, “su apodo era Samuel”. Emigró entre 1.732 y 1.734. Su madre fue condenada por el Santo Oficio de Braganza y en 1.741 emigró a Burdeos. Además de ser el fundador de la escuela de sordomudos de París fue un gran hombre de talento en el campo de las finanzas. Examinó proyectos de finanzas encargados por el ministro Bertin y por Laverdy. Su nieto M. E. Pereira sería el que pusiera en marcha el primer ferrocarril francés. En 1.765 presentó un proyecto de seguros marítimos en la Cámara de comercio de Burdeos. En 1.780 pide al comisario de policía M. Lenoir que le solucione el problema de los enterramientos judíos en París. Éste da una ordenanza concediendo que los judíos portugueses sean inhumados “únicamente sin ruido, escándalo, ni aparato, a la manera acostumbrada”. Pasemos a hablar de su labor con los sordomudos. Tuvo una hermana sordomuda y fue su primer instructor en esta villa. En 1741 ya había fundado, en la casa que su padre tenía en Burdeos, la 1ª escuela gratuita para sordomudos. Ya en 1749 declaró que en España tomó el alfabeto y que lo había aumentado. El método se llamó Dactylogie. En la Rochelle le presentan a un niño judío sordomudo. En 1.749 fue a la academia de Ciencias de París. En 1.750 fue presentado a Luis XV. José II, el emperador, recibe dos veces a Pereira. También el rey Gustavo III de Suecia. Destacaremos algunos aspectos de su vida familiar. Se casó por el rito judío (keotuba) en 1.766. Tuvo cuatro hijos. No fue un hombre dotado de buena salud. Muere el 15 de septiembre de 1780. Le habían precedido sus hijos Abraham y Samuel. La nación judía en París tomará esta resolución:
“ Nosotros, la Nación, reunida en la sala de dicha Nación... A fin de testimoniar nuestro agradecimiento a la memoria del difunto señor Jacobo Rodríguez Pereira, nuestro agente en París, por el celo que él siempre ha empleado y los servicios que él ha rendido a la nación. Se ha convenido que durante 11 meses, le será dicha una Escaba en la Hebra, todos los sábados y días de fiesta, y será ofrecida en cada ocasión, una libra de aceite para el reposo de su alma. En Berlanga tiene dedicada una calle y el colegio lleva su nombre.

José Sánchez Barragán y Vera:

Conocido como el Obispo Barragán. Nació en el número tres de la calle que hoy lleva su nombre en el año 1.773. Queda reflejado en una placa en la fachada. De familia humilde, su padre era molinero, ayudó a un recaudador que más tarde se convertiría en protector de la familia. Estudió la carrera de leyes y la eclesiástica. Fue obispo de Osma y de Ceuta. Durante la invasión de España por las tropas de Napoleón salvó a Berlanga de lo que pudo ser una masacre. Los berlangueños expulsaron del pueblo y destrozaron la casa del alcalde afrancesado. Un destacamento francés hizo acto de presencia en breve por el “Cerro Pelao”. Sólo le podía hacer frente un destacamento anglo español mucho menor en número, por lo que se batió en retirada. Restos de la escaramuza quedaron, monedas y anillos de ingleses que fueron malvendidos a un inglés que dirigía las minas del pueblo a fines del siglo. Nuestro Obispo, que se encontraba en aquellos momentos en el pueblo, por hallarse cerrada la cátedra que ostentaba en el Sacromonte de Granada, fue el que medió para que no se produjera lo que era obvio. Estuvo desterrado en Fuente del Arco, en la ermita de la Virgen del Ara. Murió en el año1846, como obispo de Ceuta y allí se encuentra su tumba.

Francisco Rubio Llorente:

Jurista español y presidente del Consejo de Estado de España.

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